miércoles, 30 de marzo de 2011


Si aceptamos que cultura es toda manifestación de la creación humana, podemos asumir que los valores culturales están formados por el compendio de conceptos, creencias y actividades que le permiten al ser humano comunicarse y ser competitivo en la sociedad donde se desenvuelve, en razón de su identificación con dichos preceptos. En definitiva, los valores existen para quien los adopta como forma de vida, sin aceptación no existe el valor.
 
Aunque se consideran valores culturales a las tradiciones, los ritos, el lenguaje, el arte, la culinaria y la vestimenta; se puede asumir, de acuerdo a lo expresado en el párrafo anterior, que también los demás valores se inscriben dentro de la categoría de valor cultural, en tanto que una sociedad los adopte como modelos de vida. Dentro del grupo de valores que pudiésemos asimilar al concepto de valores culturales estarían:
 
Valores religiosos
Valores morales
Valores estéticos
Valores intelectuales
Valores afectivos
Valores sociales
Valores físicos
Valores económicos
 
A la par de los valores se erigen en la sociedad una serie de antivalores que son aceptados como normas y asimilados como si fuesen verdaderos valores. Este desplazamiento es lo que ha caracterizado a las sociedades modernas, siendo la publicidad que se transmite por los medios de comunicación de masas uno de los vehículos expeditos para la deformación cultural de los pueblos. No se puede pretender, en un mundo globalizado como el de hoy, mantener encerradas a las comunidades en nichos culturales impenetrables, pero sí es posible educar a sus miembros con la clara consciencia de aceptar la diversidad cultural del universo sin comprometer la fortaleza de sus propios valores como grupo social.
 

Alí Primera, Gualberto Ibarreto, Hernán Marín, María Rodríguez y Simón Díaz, entre muchos otros y otras, siempre serán el punto focal de mi identidad como venezolano, en cuanto a música se refiere, aunque ello no descarte que me guste el reggaetón y la pachanga de Dame Pá Matala. Alma Llanera, La guácara, El Gabán, La guacharaca, siempre serán canciones que se impondrán en mi consciencia nacionalista, muy por encima del Wakawaka con el cual Shakira ha consolidado mi admiración por sus caderas. Si seguimos enumerando encontramos arepas versus hamburguesas, guarapo de papelón con limón frente a una malteada, Dios contra Satanás, Chávez en vez de Obama, corocoro (pez) ante salmón: y si no fuera por las miradas indiscretas que magnifican la timidez, el guayuco siguiese siendo la mejor opción en estas tierras candentes donde las mujeres son más lindas al natural que con los embarres del maquillaje.

Mas información

No hay comentarios:

Publicar un comentario